Inventar y
descubrir son dos términos que suelen confundir a muchas personas,
especialmente a los niños como cuando después de un buen día en la escuela, nos
afirman categóricamente que Sir Isaac Newton inventó la gravedad o que Thomas
Alva Edison descubrió la luz eléctrica. En fin, ejemplos como estos puede haber
miles y la realidad es que debemos
entender y distinguir las diferencias entre ambas cosas y comprender que cada
persona puede tener ciertas habilidades para una, para la otra o para ambas. Y
tanto inventar como descubrir son acciones que pueden suceder de manera
consciente o de manera inconsciente o accidental. De hecho, una gran cantidad
de las cosas que ha desarrollado el hombre a lo largo de la historia, son
producto de grandes descubrimientos y excelentes inventos que nos han permitido
facilitar nuestra vida y nuestras acciones.
Descubrir se
refiere a la acción de ser consciente de algún fenómeno natural que siempre ha
estado “ahí” y ahora nos damos cuenta de su presencia, siendo esta de alta
importancia o impacto para el presente y el futuro de la humanidad. Inventar es
la acción constante de prueba y error para mejorar las cosas existentes y
obtener una mejora sustancial o simplemente un artilugio nunca antes visto que
permite al hombre facilitar su modo de vida.
Descubrir no
excluye inventar así como inventar no excluye descubrir. Grandes
descubrimientos realizados por el hombre han sido producto del intento por
inventar algo nuevo, mientras que durante el desarrollo de grandes inventos se
han descubierto nuevos fenómenos. Ejemplos de esto sobran a lo largo de la
historia; basta con mencionar que para haber descubierto el universo y su
comportamiento, se tuvieron que haber inventado aparatos de visión muy
sofisticados, aún para su época. De la misma forma, al estar trabajando en
algunos experimentos con ciertos inventos en los que se trataba de controlar la
fluorescencia de algunos gases sometidos a descargas eléctricas dentro de tubos
al vacío, el físico alemán Wilhelm Conrad Roetngen, descubrió los famosos Rayos
X, que han sido de gran utilidad en la medicina y en la física de materiales.
Pareciera que
los grandes inventores y los más famosos descubridores de la historia, nacieron
con ese don para serlo, y que Dios ha seleccionado a algunos afortunados
quienes serán los encargados de seguir haciéndolo. Sin embargo esto es una gran
mentira. Todos y cada uno de los seres humanos somos capaces de descubrir y/o
inventar. De hecho lo hacemos constantemente desde que nacemos y hasta que
morimos. En su gran mayoría descubrimos lo mismo que han descubierto otros
antes y queremos inventar lo que ya existe, sólo que no lo sabíamos. La clave
de todo esto, es estar consciente que cada uno de nosotros somos potencialmente
grandes inventores o descubridores y que si abrimos nuestra mente y nuestros
sentidos a cada aspecto de nuestra vida cotidiana, podríamos decirle al mundo
como hacer mejor algunas cosas o como mejorar algunas actitudes del ser humano.
La tarea
realmente difícil es ejercitar estas acciones de manera consciente y buscar la
trascendencia de lo que podamos inventar o descubrir para hacerlo del conocimiento
de todos. Claro que el proceso no es sencillo y a veces, nos enfrentaremos con
obstáculos para lograrlo, pero este es el elemento más importante que nos diferencia
de los grandes inventores y descubridores de la historia. Ellos lucharon y
demostraron ante toda adversidad que tuvieron razón.
Finalmente
debemos reconocer que ante nosotros existe una infinidad de cosas por descubrir
y por inventar, y sin duda alguien lo va a hacer…
Excelente artículo!! Gracias.
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